Pablo García, crack mediático de Florentino Pérez

Pablo García (izquierda)
Pablo Gabriel García Pérez (Pando, Uruguay; 11 de mayo de 1977), más conocido como simplemente Pablo García y apodado “El Canario” o “Pablo el Grande” como a nosotros nos gusta llamarlo, comenzó a darle patadas al balón y a sus rivales con 19 años en el Montevideo Wanderers uruguayo donde estuvo hasta 1997. Ese año Pablo García llegó a Europa de la mano del Atlético de Madrid, que le fichó para su filial, aunque poco duraría su estancia europea ya que a los 6 meses volvió a Uruguay para jugar en el Peñarol en calidad de cedido.

Tras su corto periplo en el club charrúa regresó al filial colchonero para volverse a ir cedido esta vez al Real Valladolid, donde ni siquiera llegó a debutar. Pese a esto, gracias a una intervención divina o algo similar, el Atlético de Madrid logró traspasar al charrúa al AC Milan. En San Siro jugó apenas 5 partidos para irse cedido al Venezia, equipo en el que destacó despertando el interés de Patxi Izco, presidente del Osasuna, que acabaría fichándole en verano del 2002.

Fue en el Osasuna donde, de la mano de Javier Aguirre, desató todo su potencial llegando a ser considerado como uno de los mejores centrocampistas defensivos de la liga. Entonces comienza la fragua del mito. Corre el año 2005 y el Barça de los “cracks mediáticos” causa furor en el mundo, con un Ronaldinho recién llegado del PSG que revive el sector social y deportivo del Barcelona. Florentino Pérez no quiere ser menos y aparca su filosofía de “Los Galácticos” y el estilo de juego a lo “Zidanes y Pavones” para apuntarse a la moda de los mediáticos, haciéndose con los servicios de Robinho, Sergio Ramos, Baptista, Pablo García y Diogo, entre otros, donde Pablo destacaba entre ellos ya que venía con la etiqueta de ser el sustituto perfecto de Makelele, puesto que desde que se marchó el francés y pese a contar con el gran Gravesen quedó notablemente vacante.

Disputó 26 partidos con el Real Madrid en la temporada 2005/06, con más tarjetas que buenas acciones en un equipo donde la destitución de Vanderlei Luxemburgo a las pocas jornadas y la llegada de López Caro dejaba claro que marchaba a la deriva. Las dos temporadas siguientes y para no perder la costumbre, Pablo García se fue cedido al Celta de Vigo y al Real Murcia respectivamente, donde ni fú ni fa.

Finalmente, en 2008 el jugador llegó a un acuerdo para rescindir su contrato y firmar por el PAOK de Salónica, donde a sus 35 años todavía juega y es capitán del equipo.

A todo esto, Pablo García fue durante muchos años internacional fijo con Uruguay, con 66 partidos internacionales en los que anotó 3 goles.

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